La misión, que obviamente no será tripulada y se espera que sea lanzada en algún momento antes del año 2018, lleva el nombre de Solar Probe Plus y es una nave espacial de investigación especialmente diseñada para aguantar las altísimas temperaturas que se dan en el Sol. Obviamente también la sonda no tocará la superficie solar, se quedará en su atmósfera, pero si que llegará hasta donde nunca antes había llegado una nave humana: en su acercamiento máximo se situará a 7 millones de kilómetros del Sol (localización en la que la estrella se verá 23 veces más ancha de lo que se ve desde la Tierra y la nave se enfrentará a temperaturas superiores a los 1.400ºC).
La mayoría de los instrumentos que llevará la Solar Probe Plus, salvo una cámara de imágenes hemisféricas, están pensados para que pueda analizar el ambiente por el que estará rodeada ya que ahí es donde se encuentran los datos que los científicos necesitan para dar respuesta a dos de las grandes incógnitas relacionadas con nuestro Sol, a saber:
- ¿Por qué la temperatura en la corona solar es muy superior a la que encontramos en la superficie de la estrella?
- ¿Qué es lo que impulsa al viento solar a millones de kilómetro por hora a través de todo nuestro sistema planetario?
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